Las exigencias y compromisos de la vida cotidiana llevan a los consumidores a buscar productos que les ahorren tiempo y esfuerzo en su preparación y que, además, sean productos saludables, como lo son los enlatados.
Ante la demanda de conservas es importante poder ofrecerlas en tu establecimiento, procurando tener una amplia variedad y mantenerlas en buen estado. Las empresas que ofrecen estos productos se preocupan por diseñar presentaciones que facilitan el almacenamiento y exhibición, algo que permite apilarlos de manera segura y práctica.
La caducidad de estos alimentos es mayor en comparación con los productos frescos, sin embargo, es importante llevar un control de inventario y considerar algunas medidas para su conservación, que a continuación te presentamos.
Caducidad de los alimentos enlatados
Estos artículos pueden conservarse en buenas condiciones para su consumo por varios meses e incluso hasta por años, por ejemplo, la leche en polvo puede mantenerse en perfecto estado nueve meses, las verduras enlatadas se conservan por dos años después de ser almacenadas y las carnes y pescados en aceite duran hasta cinco años.
Oferta y demanda
Los alimentos enlatados son la mejor opción para disfrutar frutas, verduras o pescados en cualquier época del año, por lo tanto, existe una demanda y aceptación alta por parte de los consumidores, aumentando su confianza y compra de estos productos.
Beneficios
- Los alimentos y sus nutrientes se conservan por más tiempo, de manera higiénica.
- Se protegen al proveedor y al tendero de pérdidas por fechas de vencimiento.
- Poseen mayor resistencia para su traslado y manipulación, gracias al material y tecnología con la que están envasados.
- Conservan los alimentos sin necesidad de refrigerarlos.
Enlatados más consumidos en México
- Sardinas
- Atún
- Ostiones ahumados
- Chiles jalapeños
- Frijoles refritos
- Piña en almíbar
- Durazno en almíbar
- Ensalada de vegetales
- Sopas
- Mermeladas
Recomendaciones
- Limpia la superficie del envase periódicamente. Una lata en buen estado debe conservar su etiqueta legible y no presentar escurrimientos.
- Verifica la fecha de caducidad de cada lata.
- Revisa constantemente el estado físico del envase, ya que si alguno de sus extremos está abombado, existe la posibilidad de que haya alguna fisura y se estén generando bacterias y gases que ocasionan que la lata se infle, causando que el producto pierda sus propiedades. Si es el caso, deséchalas.
- Presta especial cuidado en su manipulación. Cuando una lata sufre un fuerte golpe, aumenta el riesgo de que el barniz interior se haya roto o agrietado, ocasionando una alteración de olor, color o sabor en el alimento enlatado. Para asegurarte de que no presente algún golpe, inspecciona toda la superficie, ya que en ocasiones la etiqueta puede ocultar ciertas abolladuras.
- Asegúrate de que las latas en bodega y exhibición no estén oxidadas en ningún lado del envase. En algunos casos se recomienda voltear las latas de vez en cuando para evitar la sedimentación del contenido. ¡Pregúntale a tu proveedor como mantenerlas mejor!
- Realiza un inventario oportuno, esto te ayudará a rotar los productos agotando primero los más antiguos.
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